Tierno Galván y sus cuentos

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Cuando le entreviste reconocía que del viejo PSP quedaba muy poco, solo recuerdo, la nostalgia en ciertas personas, el ser consciente de que había sido un partido con dignidad hasta ser aglutinado por el PSOE.

En sus ratos libres, que eran pocos, Enrique Tierno Galván escribía cuentos que situaba en un paisaje urbano porque lo rural, decía, no le iba. Cuénteme uno de sus cuentos, le pedí un día. Me lo contó:

Un padre decide deshacerse de su hijo subnormal y para conseguirlo va creando en el niño la necesidad de jugar con una pelota roja que el padre le va dando y quitando gradualmente. Llegado el día en el que la pelota roja ya es un objeto obsesivo para el niño el padre lo lleva a lo alto de una montaña y hace rodar la pelota por la ladera que conduce a un precipicio en el que el niño subnormal que corría detrás de la pelota se precipita.

-Un crimen perfecto – comenté.

– Racional – respondió circunspecto el Viejo Profesor vistiendo su clásico terno gris.

Se definía como persona tendente a la timidez o la introspección aunque su autodefinición no se correspondía con su actividad pública: lideró el Partido Socialista Popular, fue un catedrático expulsado de la cátedra por sus posiciones políticas, formó a centenares de diplomáticos dándoles clandestinamente clases privadas y como alcalde de Madrid fue famoso por sus bandos, por inventarse la movida y por tener en la militancia del PSP a las que llamó Tetas Santas (Carmen Diez de Rivera, Victoria Vera y Sara Lezama como iconos femeninos). Opinaba que en la política hay idealismo pero también mugre porque la política lleva consigo una cierta inmoralidad, de suciedad…

-Y cuando llegue la democracia y haga un mitin en Barcelona ¿tendré que decir algo en catalán? –le preguntó a Josep Maria Castellet en el receso de una de las muchas reuniones clandestinas de la época.

– Claro –le respondió el interpelado.

-Es curioso… –musitó el Viejo Profesor, que sobre Arias Navarro opinaba que como presidente del gobierno fue una de las personalidades más tristes de la historia contemporánea de España pero como alcalde Madrid su trabajo fue positivo, veía a Fraga como un romántico que siempre fracasaba y a Suárez como hombre que de haberse dedicado al comercio hubiese sido un gran empresario porque tenía dotes de mercader.