La soledad del hombre de hoy

Actualizado:


Alguien le escuchó decir un día a un campesino peruano: “Y en esas llegó progreso y nos arrolló”. Recordé la frase en una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en la que se reflexionaba sobre el hiperconsumo en el que vivimos inmersos; tiempo de religiones y sanidad, de bienes de todo tipo e individualismo; hedonismo y cambios frenéticos de modas. Un mundo que creíamos nos traería la felicidad pero más bien parece que ahora va camino de arrollarnos con el coronavirus. El ciclo del CCCB, Sentido, interrogantes sobre la existencia en tiempos de hiperconsumo1 ratificó que vivimos un tiempo en el que, como resultado de la técnica, asistimos a una abusiva humanización de la máquina. En esa humanización, ¿buscan algunas personas, hombres sobre todo, respuesta a la eterna pregunta sobre la esencia del homo sapiens? Búsqueda estéril, ya que la inteligencia artificial no existe si por inteligencia entendemos la capacidad de pensamiento abstracto y de lenguaje. En el periodo híper de la historia el ser humano busca. Lo peligroso es que busca habiendo perdido la memoria histórica y pendientes del zapping no queremos perder el tiempo madurando una experiencia, queremos vivir al instante olvidando que para que la experiencia sea enriquecedora se requiere de memoria y de pausa. Es este un tiempo de crisis de identidad en un mundo en guerras y genocidios. Sobre las ruinas de las ideologías se busca refugio en religiones, hedonismo, obsesión menos festiva que higienista por la salud, las adicciones, el consumo… mientras la tradición y la Iglesia y los partidos políticos han perdido su capacidad para estructurar la sociedad.

“Toda situación por desesperada y sin solución que parecer pudiere siempre es susceptible de un empeoramiento”, dice una vieja máxima jesuítica. Me vino a la cabeza escuchando que la sociedad de hoy carece de contra modelos (el último fue el marxismo) y vive inmersa en el culto a la competencia, al mercado, a la dinámica tecno científica, a los derechos de los individuos… pero algunas de esas nuevas religiones, llamémoslas sectas si se quiere, son totalitarias: en ellas la persona angustiada por las dudas encuentra respuestas absolutas. A la postre la verdad es un acto de fe de los individuos pero metidos en el turbo de lo híper los individuos sufren la precariedad laboral, la vida estresante y el miedo tanto al hoy como al futuro. Las religiones reviven porque el ser humano se siente inseguro. Es una de las contradicciones de un tiempo que parecía iba a dar un sujeto más libre, Cada día nos preguntamos ¿cómo conciliar la vida profesional y la vida privada?, ¿qué debemos privilegiar de nuestra existencia?, ¿cómo dejar de ser esclavos del tiempo?, ¿por qué en lugar de vida voluptuosa no optamos por una vida contemplativa? Quizás un día esta sociedad de culto a las máquinas llegue a plantearse el amor de forma digital, para no perder tiempo y poderse dedicar a otras cosas.

  1. Este texto es un resumen personal de las conferencias de Víctor Gómez Pin (El ideal de los humanistas en la era del genoma y la inteligencia artificial) Fréderic Lenoir (Las metamorfosis de Dios y de lo sagrado) y Gilles Lipovetky (Los tiempos hipermodernos))